El
término
Aromaterapia
proviene del
Aromathérapie
francés,
nombre que
fue dado a este
tipo de
medicina natural por
el Dr.
R.
M.
Gattefosse
(maestro de la
Escuela de
Lyon).
El término aceite
es un poco
engañoso, ya
que tendemos a
asociarlo con los
aceites
comúnmente
conocidos y utilizados en la cocina (por
ejemplo, el
aceite de oliva).
Los aceites esenciales
no son realmente,
como se puede pensar,
aceitosos o grasosos;
de hecho,
son muy volátiles,
es decir,
tienden a
cambiar con facilidad
al estado
gaseoso y
el olor característico
fuerte que emana
de ellos
es
más
evidente.La
Aromaterapia es una cura basada en el uso de aceites
esenciales para mantener el buen humor,
el bienestar, y la buena salud.
Tiene raíces muy antiguas, tal vez el uso más
documentado esté relacionado con el uso de aceites
aromáticos en el antiguo Egipto: el famoso médico
egipcio Imhotep (aproximadamente 5000 años
A.C., recomendaba aceites aromáticos para el baño,
el masaje y para embalsamar a las salmas.
Asimismo Hipócrates la aconsejaba a sus pacientes y utilizaba "ungüentos"
obtenidos por maceración de hierbas.
Hoy
en día, los aceites aromáticos son extraídos del
material volátil presente en las hojas, frutos,
flores, corteza, etc. de algunas plantas,
y destilados al vapor o prensados en frío. Los
Aceites son muy valiosos, la naturaleza nos dispensa
pocas gotas sacadas sin embargo de una gran cantidad
de material. Un
caso ejemplar es
el de
la rosa:
para obtener
un litro de aceite
esencial de rosa, se necesitan
dos toneladas de
pétalos!
El modo de aplicación en la Aromaterapia puede ser:
- Difusión en el aire para desinfectar y aromatizar el ambiente.
- La inhalación directa para desinfectar y descongestionar las vías
respiratorias y como expectorante.
- La aplicación tópica de un masaje general del cuerpo, baños y envolturas
para el cuidado de la piel.
- Aplicación por vía oral, vaginal y rectal, para la congestión, la
infección, y los parásitos, respectivamente.
Para extender el aceite esencial se utilizan
quemadores, aerosoles y difusores estimulados por
una fuente de calor, por lo general una vela, que
evapora el aceite esencial diluido previamente en
agua.
El calor es necesario para fundir el aceite en el
agua, que de otro modo no sería soluble en ella. Sin
embargo no está recomendado el uso sin diluir el
aceite esencial, ya que es una preparación altamente
concentrada. Además del agua, el aceite puede ser
diluido en vinagre, vino, miel, aceites vegetales
(aceite de almendra, jojoba, etc.), sal marina,
bicarbonato de sodio
o cremas de base neutra.
La
Aromaterapia se define como el tratamiento o
prevención de los trastornos a través del uso de
aceites esenciales.
De hecho, se han establecido dos mecanismos: el
primero es la influencia del aroma en el cerebro,
particularmente en el sistema límbico a través del
sistema olfativo.
El segundo es el efecto terapéutico directo de los
aceites esenciales.
Muchos aceites contienen bacteriostáticos,
antivirales, antifúngicos, antinflamatorios, antisépticos, antifebriles, expectorantes,
limpiadores o purificadores, desintoxicantes,
hipoglucémicos,
hipotensores,
estimulantes,
tónicos,
antidepresivos,
sedantes,
analgésicos,
recalcificantes,
mineralizantes,
diuréticos, calmantes,
y muchos más.
Muchas
personas se benefician con su uso para combatir el
estrés, la ansiedad y los desequilibrios derivados
de la vida moderna.
El olfato puede donarnos armonía y bienestar.
Una curiosidad: parece que sólo hay siete olores
primarios percibidos por los seres humanos: etéreo,
canforáceo, almizclado, floral, menta, acre y
pútrido.
Todos los demás son derivados de éstos.
